La jornada de ayer estuvo dedicada a la parte cultural del curso, una oportunidad fantástica para conocer mejor la isla. Visitamos la zona norte, donde recorrimos la Caldeira das 25 Fontes, uno de los senderos más emblemáticos de Madeira, rodeado de naturaleza y cascadas. Continuamos hacia las piscinas naturales de Porto Moniz, formaciones volcánicas que crean un paisaje espectacular y único. Este contacto con el entorno ha sido también una parte importante del curso, porque nos permite comprender cómo los aprendizajes van más allá de las aulas.
Hoy, viernes, hemos retomado el trabajo formativo y hemos profundizado en el uso de los prompts y en la idea central que venimos reforzando durante toda la semana: la IA debe ser un medio para impulsar un cambio educativo real, no un fin en sí misma. Hemos hablado sobre los dispositivos básicos del aprendizaje, la influencia de la neurociencia y la importancia de comprender cómo funciona el cerebro para diseñar experiencias educativas más ricas y eficaces.
Se nos ha recordado que la formación no termina aquí: el objetivo es llevarnos una gran cantidad de ideas, recursos y herramientas para más adelante, ya en casa, poder analizarlas con calma e integrarlas en nuestra práctica docente.
Uno de los aspectos clave del día ha sido la importancia del trabajo colectivo entre docentes. Cuando compartimos experiencias, reflexiones y proyectos, el impacto educativo se multiplica. También hemos subrayado la relevancia de una educación holística e integral, que atienda todas las dimensiones del alumnado y favorezca aprendizajes más profundos y significativos.
Durante la sesión hemos realizado varias dinámicas de grupo y hemos repasado el funcionamiento de la metodología de Aprendizaje-Servicio (APS), una propuesta en la que el alumnado aprende contenidos curriculares mientras realiza un servicio útil para la comunidad. Es una forma de aprender haciendo, conectando la escuela con el entorno y desarrollando competencias de una manera auténtica.
A partir de ahí, hemos elaborado prompts específicos para diseñar proyectos de APS. Hemos insistido en que disponer de una buena biblioteca de prompts facilita enormemente el trabajo, permitiéndonos dedicar más tiempo a lo que realmente importa: la enseñanza y el acompañamiento del alumnado.
Este enfoque se ha conectado con el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), recordando que la neurociencia nos muestra que no todos aprendemos de la misma manera. Los principios del DUA —múltiples formas de representación, múltiples formas de acción y expresión, y múltiples formas de implicación— nos ayudan a crear experiencias accesibles y motivadoras para todo el alumnado.
Para concluir la sesión, cada participante ha diseñado un proyecto de APS siguiendo las pautas del DUA, apoyándonos en la IA para dar forma y coherencia a la propuesta. En mi caso, he elaborado un proyecto que conecta el aprendizaje de la lengua inglesa con una necesidad real del entorno: la brecha digital en la tercera edad. La idea es que el alumnado actúe como Consultores Tecnológicos para ayudar a personas mayores a comprender y utilizar el vocabulario en inglés presente en sus dispositivos móviles, favoreciendo al mismo tiempo la convivencia intergeneracional.
Una jornada intensa y muy enriquecedora, en la que teoría, práctica y reflexión han ido de la mano, reforzando la idea de que la IA puede ser una gran aliada cuando se usa con propósito educativo.
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